Introducción a la guía para empezar con Linux Ubuntu
Esta guía total para empezar con Linux Ubuntu intenta convencerte de algo.
La idea es que te decidas a usar un sistema operativo Linux, y que entres a practicar en el tema sin perder demasiado tiempo.
Sin embargo no solamente me interesa convencerte de utilizar Linux: lo que busco es ponernos en movimiento.
Lo que realmente me importa es que al terminar de leer todo esto puedas tener Ubuntu Linux instalado en tu máquina. Y que puedas usar ese sistema operativo con bastante desenvoltura.
Pero antes de ir al tema principal… una introducción.
¿Para quién va dirigida esta guía?
Esta guía puede ayudar a cualquier persona que no tenga ninguna idea sobre Linux. Cero idea.
Pero también puede ser de utilidad para principiantes. Si tu objetivo es comenzar a conocer Ubuntu ya mismo, puedo decir que estas en el lugar indicado.
O vas a estar en el lugar indicado, cuando por fin terminemos con la introducción.
Vale aclararlo, yo mismo soy un principiante en el tema . Escribo todo esto para reforzar mis conocimientos sobre el sistema operativo. Y si encontrás algún error en el material, te pido tu ayuda para identificar el problema y corregirlo.
Por otra parte, voy a mantener el texto abierto para poder actualizarlo y agregar nuevos datos con el tiempo.
¿Cuáles son los temas que vamos a ver?
Un poco de todo. Empezamos con la instalación de Ubuntu, seguimos con los primeros pasos luego de su instalación y cerramos con algunos consejos para empezar a trabajar con la terminal de comandos.
En resumen: este texto es un relato de mi experiencia con Linux Ubuntu, todo eso envuelto en una suerte de tutorial.
Ahora si, podemos terminar la introducción… y ponernos a empezar con todo esto.
Antes de instalar Ubuntu
Bien, perfecto. Ya vas a entrar al mundo Ubuntu. Opciones, tenemos opciones.
En este momento puede ser que te encuentres en una de estas dos situaciones:
Situación 1: Ubuntu va a ser tu sistema operativo principal
Te decidiste a instalar Ubuntu como tu sistema operativo único. Sin vueltas, sin mirar atrás, vas a borrar tu antiguo sistema operativo y empezar de nuevo. Perfecto.
Si te encontrás dentro del primer grupo, bien por vos. Tu seguridad y decisión para ir por nuevas experiencias es para celebrar.
Por el contrario, yo no soy así. De hecho estuve varios meses saltando entre dos sistemas operativos en dos discos distintos. Pero ahora vuelvo con eso.
Lo más importante que tenés que saber en este caso, es que todo el material dentro de tu disco duro va a ser borrado durante el proceso de instalación de Ubuntu.
Nada raro, es común a todo este tipo de instalaciones.
Sin embargo esto quiere decir que vas a tener que hacer un backup, un respaldo, de todos los archivos que no quieras perder. Fotos, documentos de texto, ese tipo de cosas. Vas moverlos a un disco externo, o a un disco diferente al que vas a usar para hacer la instalación.
Creo que ya fui bastante claro, el espacio va a formatearse y nueva información va a ocupar el lugar de la anterior.
Situacion 2: Vas a usar Ubuntu a la par de otro sistema operativo
Todavía estas meditando si todo esto de GNU/Linux vale la pena. Querés usar Ubuntu, pero aun no vas a dejar de lado Windows.
Como dije antes, yo estuve en este mismo punto cuando comencé a usar Linux. Durante un tiempo alterné entre Windows 7 y Linux Mint en la misma computadora.
Es una buena forma de ver si todo funciona como queremos, antes de dar el salto a otro sistema operativo. De este modo podemos comparar tranquilamente, e incluso podemos darle usos distintos a cada sistema. Tal vez uno para jugar y otro para estudiar o trabajar, etc.
Lo que querés hacer se conoce como “dual boot”. Esto significa que a vas a tener dos sistemas operativos dentro de la misma computadora. Esos sistemas van a estar repartidos entre uno o más discos duros.
En este punto nuevamente te encontrás con dos opciones. Paso a detallarlas.
Opción 1: dos sistemas operativos y dos discos .
Perfecto, muy sencillo. Un disco duro contiene a Windows. El otro contiene a Ubuntu. Cuando prendés la computadora, elegís con cual disco levantar.
No hay ningún secreto, al instalar solamente procedés a instalar Ubuntu en el disco que le vas a asignar y dejás el otro que tiene Windows tranquilo como hasta ahora. Nada más.
Opción 2: dos sistemas operativos en un único disco duro
Podes hacerlo, no es difícil. Solamente hay algunos detalles que vas a tener en cuenta.
Primero, el disco tiene que tener bastante espacio como para contener todo, los dos sistemas. Eso realmente no es tan difícil, la mayoría de los discos duros de las computadoras modernas son lo bastante grandes para albergar las dos particiones y otras cosas más.
Segundo, lo mejor es que Windows ya este instalado antes que Ubuntu. Como intuyo que ese es tu caso, no vas a tener inconvenientes. Caso contrario, primero instalás Windows y después seguís con Ubuntu.
Prácticamente no tenes que hacer nada extra. El instalador de Ubuntu trae una opción que permite instalarlo junto a Windows. Llegado el punto seleccioná esa opción, va a encargase de hacer casi todo el trabajo pesado.
Luego elegí cuanto espacio del disco darle a Ubuntu y listo. Dejá que la tecnología haga toda la magia y la instalación continué.
Pero hablando de instalaciones, mejor pasemos a la siguiente parte de esta guiá total:
Cómo instalar Linux Ubuntu
Instalar Linux Ubuntu (o Linux Mint, otra gran opción para empezar) es demasiado fácil. Ya sea que elijas un sistema o el otro, los pasos son prácticamente los mismos. Es más, te diría que hoy por hoy me gusta más Linux Mint que Ubuntu, pero cualquiera de las dos opciones es excelente para empezar con Linux.
Lo único que puede detenerte en esta instalación es el miedo. Pero si ya leíste hasta este punto… no puede quedarte nada de miedo. Vamos a instalar.
Si algo parece salir mal, concentrate y lee lo que el proceso de instalación te pregunta. En el peor de los casos, solamente vas a tener que reiniciar la computadora y empezar de vuelta.
Nunca esta demás tener otra fuente de información a mano, como tu celular u otra computadora con internet.
En ese caso, si hay algo que realmente no te esta saliendo (ejemplo, Ubuntu no reconoce la resolución del monitor), siempre vas a encontrar el detalle paso a paso para resolverlo.
Lo que en general no cambia demasiado es la secuencia de pasos que se usa para instalar el sistema operativo.
Puede modificarse la estética del instalador, pero el espíritu de lo que necesitás hacer queda siempre igual o casi igual. Siempre en algún punto ingresás el idioma que vas a usar, la zona horaria, un nombre y contraseña, distribuís el espacio del disco y así.
En total todo el proceso de instalación toma un poco más de 30 minutos. Pude ser más o menos, dependiendo de la velocidad de tu acceso a internet o del tipo de disco. De esos 30 minutos ideales, no me arriesgo mucho si digo que el 95% del tiempo todo el proceso es automático.
El 5% restante se va en algunas pocas opciones que tenés que decidir al principio.
Pero lo primero es…
Cómo conseguir una copia de instalación de Ubuntu
Lo primero es ir hasta la página web de Ubuntu y bajar la imagen (el archivo ISO) de instalación.
No hay muchas opciones. La versión que estas buscando es la Desktop, o lo que es lo mismo, la versión para computadora de escritorio.
El archivo pesa unos 3 gigas, más o menos. Puede ser más, tené en cuenta que es algo que puede variar con el tiempo.
Por lo general si estás por instalar Linux Mint, hay algunas opciones más antes de descargarlo.
Linux Mint ofrece distintas variantes de escritorio, como por ejemplo Cinnamon y XFCE.
Básicamente, en un resumen extremo, lo que te ofrecen son distintas versiones de como vas a ver el entorno gráfico. Vas a tener que leer sobre eso, porque yo lo estoy pasando por arriba en este párrafo. Algunas variantes de escritorio son más rápidas porque tienen menos efectos, otras traen más lujos en lo que respecta a su apariencia, esas cosas.
Por otra parte, al menos en mi experiencia actual, Ubuntu ofrece solamente una versión de escritorio al momento de descargarlo. No es que elegir la versión de escritorio sea algo complicado, pero es una cosa menos para pensar cuando recién empezás.
Lo que vas a necesitar ahora es un medio de instalación. Esto es, poner el archivo ISO que descargaste en algún soporte que te permita continuar cuando reinicies la computadora.
Cómo crear un medio de instalación
Te encontrás con varias opciones en este punto. Tanto una memoria USB (un pendrive), un disco DVD o una memoria SD pueden servir bien a estos efectos.
Pero seamos realistas, las lectoras/grabadoras de DVD son cada vez más difíciles de encontrar y lidiar con una pequeña memoria SD o similares no es lo más popular de la tierra.
Vamos a conformarnos con una memoria USB. Va a funcionar muy bien para lo que queremos conseguir.
Lo que tenes que hacer para crear el medio de instalación es lo siguiente.
Paso 1 de 2:
Si, claro. Conseguir un pendrive. De al menos 4 GB de tamaño, pero si es más mejor.
La memoria USB también va a ser formateada durante el proceso, así que guarda en otro lado la información que no quieras perder.
Paso 2 de 2:
Ahora vas a necesitar un pequeño programa extra.
El nombre del software es Rufus, y va a encargarse de combinar el archivo ISO de Ubuntu con el pendrive para crear un medio de instalación.
Para este paso es necesario usar Windows. Eso no es problema, siendo que supongo te estás mudando desde la ventanita hacia Ubuntu.
No hay una versión de Rufus para Linux (o al menos no la hay mientras escribo esto) porque Linux tiene otras herramientas integradas para hacer el mismo trabajo.
En todo caso, instalá Rufus y abrilo.
Luego seleccioná el pendrive que vas a usar y el archivo ISO de Ubuntu. Puede tomar unos minutos, pero va a avisarte cuando termine el trabajo.
Ya podes reiniciar la computadora, vamos a…
Instalar Ubuntu
Bien, llegamos al plato principal.
Paso 1 de 3:
Reiniciás la máquina, y por un breve momento aparece una pantalla que se llama BIOS (o UEFI, dependiendo de tu tipo de hardware).
En este instante tenés que presionar una tecla, que te va a permitir elegir el orden de booteo. Esto quiere decir que vas a poder acceder a un disco distinto al que usabas comúnmente hasta ahora al momento de encender la computadora.
La chance de presionar esa tecla pasa bastante rápido. Si la primera vez no funciona, y Windows comienza a cargar, reinicia de vuelta y probá hasta que lo consigas.
¿Cual es la tecla que tenés que presionar? Lee en la parte inferior de la pantalla cuando recien se prende la computadora, es la que dice Boot order o tal vez Boot Menu. No puedo decirte exactamente cual es, porque no es la misma en todos los equipos. En algunas computadoras esta tecla suele ser F12, pero en otros equipos puede ser F2 o alguna otra. Lo mejor va a ser prestar atención, si no sale la primera vez reinicia el equipo hasta que puedas encontrar la opción correcta.
Este menú no es más que una lista de los discos conectados a tu computadora. Esto incluye discos rígidos internos, externos, pendrive, DVD… se entiende.
En este momento elegís el pendrive que destinaste en el paso previo para ponerlo arriba de la lista, y continuas.
Es bueno aclarar que este ultimo paso de ordenar el Boot Menu no siempre es necesario. Algunas veces la computadora levanta directamente desde el pendrive, porque lo reconoce como un disco de instalación. Entonces le da prioridad a tu memoria USB antes de que Windows comienza a cargarse. Si ese es tu caso, la suerte te acaba de ahorrar 45 segundos de trabajo.
¿Encontraste algún problema?
Tal vez encontraste algún problema llegando a este punto.
Y si vas a encontrar algún problema, lo más probable es que sea en este momento. Pero no te preocupes, no es nada que no se pueda resolver.
Cuando elijas el pendrive de instalación, puede ser que recibas mensajes como “No boot media found” o “Kernel Panic”. Puede ser que entonces los errores se refieran a problemas con la lectura de la memoria.
Si este es tu caso, el problema seguramente resida en que:
– El programa Rufus no hizo bien su trabajo al crear el medio de instalación.
– El archivo ISO que descargaste venia con algún problema (o se corrompió de algún modo cuando lo guardaste, etc.)
– Tu memoria USB esta kaput, out, funciona mal, va en camino de salida, etc. Mejor va a ser que pruebes con una memoria diferente.
– El puerto USB del equipo tiene problemas o depende de un cable de extensión defectuoso. Un caso raro pero ocurre, el puerto funciona lo bastante bien como para recibir energía (la máquina puede leerlo) pero el cable de extensión es muy largo o por algún motivo funciona mal para el intercambio de datos. Todo eso puede ocurrir, esperá lo inesperado.
Si te parece que tu problema va por este lado, volvé a repetir los pasos anteriores, modificá lo que sea necesario cambiar y volvé a reiniciar. Hacelo hasta que funcione.
Si todo salio bien, una nueva pantalla de Ubuntu te va a dar la bienvenida.
Otro problema clásico es que el instalador de Ubuntu no reconozca la resolución nativa de tu monitor. Si eso pasa, lo más probable es que te mande a una pantalla de error que dice “no hay señal en la pantalla” o “no signal”. No se puede decir que sea un problema de Ubuntu… es más una comunicación poco afortunada entre el hardware y el software.
La solución más sencilla es conectar el monitor a otra entrada, si hay otra entrada de video para hacerlo. Si el monitor estaba conectado en la placa de video, pasalo directamente a la placa madre. Si el monitor iba hacia la placa madre pasalo a la placa de video. Eso va a arreglarlo todo.
Ahora, si la placa madre no tiene video integrado y dependés completamente de la placa de video… no se que decirte, fijate de conseguir otro monitor prestado hasta instalar el nuevo sistema operativo para conseguir los controladores correctos. Lo valioso es pensar de manera creativa para resolver lo inesperado, seguro hay soluciones que no estoy viendo en este momento.
Tal vez el monitor es algo “antiguo”, por decirlo de algún modo. Y lo digo con respeto, realmente uso los monitores hasta su completa destrucción, no los abandono ni un segundo antes. Si este es tu caso, tengo una buena y una mala noticia.
¿Cual es la buena noticia? La buena noticia es que este problema se puede resolver en algunos pocos pasos, reemplazando algunas opciones dentro del mismo medio de instalación para que reconozca una resolución más baja. Puedo saberlo porque yo tuve este mismo problema y lo pude solucionar. No pierdas la esperanza, no es un problema común pero ocurre y se puede solucionar.
¿Cual es la mala noticia? No vas a encontrar la respuesta en esta guía, porque no quiero irme en una tangente de esa reparación tan especifica. Siendo realistas, yo mismo la olvidé a los segundos de resolver el problema (implica alterar uno o dos valores dentro de la pantalla de GRUB, ya que el instalador solo deja de dar señal al entrar en su parte gráfica).
Eso termina este breve apartado de resolución de problemas, no el más útil pero es algo.
Me interesa que te quedes con esta idea: hasta ahora nunca encontré un problema de instalación que no se pudiera resolver. Si por alguna extraña suma de circunstancias, una suma realmente extraña, algo no funciona, hace exactamente lo mismo que hacés con cualquier problema: respira hondo, concentrate y buscalo en la web.
Paso 2 de 3:
Dos nuevos caminos se abren. Ubuntu te propone dos cosas:
1- Probar el sistema operativo directamente desde la memoria USB, sin instalarlo.
2- Instalar el sistema operativo en un disco.
Si elegís la primera opción, vas a poder testear Ubuntu y ver de que se trata. Vas a poder hacer todo lo que hacés básicamente en una instalación normal, pero no podés guardar nueva información.
Más que nada es una forma de explorar, y se lo conoce como el modo “Live CD”.
Usar un sistema operativo de este modo es una forma interesante de mantener la privacidad, y hay algunos sistemas específicamente pensados para ser usados de ese modo. Pero ese no es nuestro tema.
Usar el modo Live CD es como para hacer una visita dentro de Ubuntu. Lo que realmente queremos es instalar Ubuntu en un disco, así que elegimos esa otra opción.
Paso 3 de 3:
Ya casi terminamos. Ubuntu ahora va a presentar algunas opciones para que podamos optimizar todo a nuestro gusto.
Primero, recordá que tenés que conectarte a internet para poder completar la instalación.
Esto no es totalmente necesario, pero solo para tener seguridad te lo recomiendo. La verdad es que vas a poder completar la instalación incluso si no contás con internet al momento de hacerla.
Pero aunque el sistema sea capaz de terminar la instalación sin internet, algunas actualizaciones no van a completarse y tal vez falte algún controlador para el hardware de tu máquina.
En resumen, solo por comodidad vamos a suponer que durante esta instalación tu máquina esta conectada a la red global.
Ubuntu cuenta con una gran cantidad de idiomas a tu disposición. Elegí el que necesites y seguí adelante.
Instalación normal o ligera:
Una vez más, en este momento Ubuntu puede presentarte dos opciones como las siguientes:
– Instalación normal (navegador web, utilidades, paquetes de oficina, juegos y reproductores multimedia).
– Instalación mínima (navegador web y utilidades básicas)
Bueno, todo depende de lo que necesitamos. La “instalación normal” requiere algo más de espacio, pero es instalarla y olvidarse. Es ideal para empezar rápido, en especial si nunca usamos Linux.
La “instalación mínima” por otra parte tiene sus ventajas. Si ya sabemos que hay por ejemplo un reproductor de multimedia que nos gusta, podemos conseguirlo directamente luego. Y nos ahorramos la molestia de borrar el que ya viene en el sistema. Eso sin contar otros programas que tal vez nunca vamos a utilizar, y que van a venir de relleno en la otra opción.
Es solamente un ejemplo, por lo que una instalación mínima es razonable. Pero claro, requiere más atención y tiempo de nuestra parte en el futuro.
Bien, esto otro que sigue va en la misma dirección. Ubuntu va a preguntarte si:
– te gustaría descargar actualizaciones
– te interesa instalar software de “terceras partes” (para hardware de gráficos y wifi).
¿Qué hacer? Una vez más, es tu elección. Se pueden seleccionar las dos opciones, solo una o ninguna.
Lo más sencillo es dejar estas opciones marcadas como correctas y continuar avanzando. Una vez más. Solamente para hacer el proceso más automático. Siempre se puede hacer luego, de forma manual, y con una mayor meditación de nuestra parte.
Algunas variantes de Linux son reconocidas por su gran cantidad de opciones al momento de instalar, por ejemplo Arch Linux. En estos sistemas se nos pide mucho mayor atención a los detalles, por eso demandan algo más de práctica para instalar.
Otra cosa que avisa el sistema es que, de elegir descargar el software de terceras partes (ejemplo: codecs y drivers para la placa de video), algunas de las licencias pueden ser privativas. Tiene sentido, siendo que es software, los que Ubuntu no responde directamente.
Si te interesa el tema de software libre, te recomiendo leer un poco más sobre este tema. Yo mismo tengo que pensarlo un poco mejor y conseguir mayor cantidad de información al respecto. Incluso si decidimos instalar todo de manera automática, es interesante que GNU/Linux nos permita pensar y evaluar todo esto.
Pero sigamos con Ubuntu, viendo en que manera darle formato al disco rígido.
Darle formato al disco (finalmente)
Básicamente tus opciones son:
1- Borrar el contenido del disco duro e instalar el sistema desde cero.
2- Opciones avanzadas. Ejemplo, instalar Ubuntu junto a Windows en el mismo disco. En este caso lo más cómodo suele ser permitir que Ubuntu sea el “sistema operativo secundario”.
Todo esto ya lo hablamos un poco antes, y mi elección para esta guía va a ser la primera: formatear el disco y empezar desde cero con Ubuntu.
Hay opciones manuales para elegir con mayor libertad la forma en la que el sistema de archivos se distribuye en distintas particiones. En teoría incluso podrías distribuir los mismos directorios de Linux entre distintos discos duros, sin afectar su funcionamiento. Pero eso escapa a lo que buscamos hoy: conseguir la instalación del modo más directo posible.
Por eso nos vamos con la opción automática. De este modo Ubuntu le da formato al disco, crea los directorios y toma el espacio que necesita para funcionar
Ya solamente quedan algunos pocos detalles:
– Elegir tu zona horaria.
–Elegir el nombre de tu cuenta en Ubuntu, el nombre de tu computadora (hostname) y un Password.
Esta parte es importante. Elegí un nombre, y un “nombre para tu computadora”. Esto último podés cambiarlo luego, no pasa nada, pero no es mala idea elegir desde el primer momento un buen nombre de cuenta y contraseña.
Pero la contraseña es valiosa, como muy bien seguramente lo imaginás. No la pierdas, porque vas a utilizarla bastante en el futuro.
Otro detalle importante, en este momento Ubuntu te pregunta si querés usar la contraseña cada vez que inicias el equipo. Una vez más, ese detalle queda por tu parte, todo depende cuanto necesites ese detalle extra de seguridad. La contraseña no sirve solamente para entrar al sistema cuando se inicia, tiene muchas más utilidades. De hecho en Windows creo que nunca tuve que usar una contraseña, pero en Linux es como tu llave maestra para dar vueltas por todos lados.
Ahora tomá asiento, o quedate de pie, y esperá a que el sistema operativo termine de instalarse. Mientras esperás te va a mostrar algunas pantallas contándote los beneficios del software que viene incluido y las cosas que vas a poder hacer.
Al finalizar la instalación, Ubuntu va a pedirte que reinicies la computadora y que retires el medio de instalación.
En este momento el sistema operativo va a levantar directamente desde el disco donde lo instalaste. Entonces es necesario que saques de la máquina la memoria USB que usaste.
Eso es porque puede ser que esa memoria tenga prioridad, y ese pendrive era para instalar el sistema operativo. Volverías a ver la pantalla que te invita a probar Ubuntu o a instalarlo… ya hicimos todo eso.
En este momento retiro el pendrive para reiniciar el equipo.
Si estas instalando usado algún programa de máquina virtual, por ejemplo VirtualBox, vas a tener que retirar la imagen ISO de la unidad óptica, en la pestaña dispositivos.
Terminamos.
Listo, cruzaste el umbral. Ya estas del otro lado de la puerta.
Se podría decir que pasaste la parte más difícil. Me refiero a que podríamos decir eso, si no fuera que Instalar Ubuntu fue realmente muy sencillo.
No se puede decir que mentí al principio, la instalación fue muy sencilla.
Digamos mejor entonces que atravesamos la parte más aburrida.
Pero una cosa antes de avanzar:
Es posible también que ahora inmediatamente luego de terminar la instalación, Ubuntu te pregunte otra cosa.
Enviar reportes con información del sistema
El sistema operativo va a preguntarte si querés enviarle a Canonical, la empresa que se encarga de la distribución de Ubuntu, información sobre tu computadora.
Son datos que se recopilan de forma anónima, pero queda en vos aceptar o no hacerlo. Solo se enviá una vez, y es en este momento.
Antes de elegir enviarlo, podés ver de que se trata este informe en esa misma pantalla. Es información sobre el hardware de tu máquina. Idealmente todo esto va a ayudar a Ubuntu para conocer formas de mejorar su trabajo para futuras ediciones… pero al mismo tiempo, desconfiar de entregar información es razonable. Se puede considerar exagerado, pero razonable.
Personalmente no tengo opinión desarrollada sobre esto.
Nunca me lo puse a analizar realmente este caso en particular (otra evidencia de mi vagancia), mi primer instinto es poner “no” y continuar adelante. Pero si te interesa enviar esta suerte de “encuesta automática” para ayudar, dale aceptar y ya terminaste con todo el trabajo de la instalación. Buena oportunidad de disfrutar algo de vagancia.
Pero si te interesa seguir con esto, ahora si es momento de empezar a usar tu nuevo sistema operativo para transformarlo en un acogedor digital de diversión, investigación y ocio alocado.
¿Qué hacer luego de instalar Ubuntu?
Ya instalaste el sistema, y si tenés algo de curiosidad, le diste algunas vueltas para ver que contiene.
Con esta primera exploración del sistema notaste que en realidad no hay nada especialmente nuevo en tu instalación de Ubuntu.
Hay ventanas, hay íconos, un escritorio y todo eso. Las ventanas pueden cerrarse o minimizarse, hay un menú en el que podemos encontrar los programas y podría seguir.
Hay carpetas, hay directorios, documentos, hay sonidos cuando el sistema se inicia… en fin, me estoy repitiendo.
Puede ser que parezca un poco insistente con esto, pero es algo que no puedo dejar de remarcar. Utilizar Ubuntu o Linux Mint no tiene nada de complicado, mucho menos si venís desde Windows.
Y aunque hay distribuciones de Linux creadas para tareas más específicas como crear un servidor o dedicadas a la privacidad, Ubuntu sirve para empezar con cualquier tipo de tarea que hagamos en nuestro día a día. Es muy intuitivo ya sea para entretenimiento, estudio o trabajo, desde el exacto momento en que terminamos de instalarlo.
Todavía más, y si venís de usar Windows durante mucho tiempo, no vas a sentirte fuera de tu elemento en este primer momento. Este tiene que ser mi récord de repeticiones para la misma idea: Ubuntu no es dificil.
Puesto en efecto, tenés una barra o panel de tareas (task bar) donde se van mostrando los programas abiertos, la fecha, hora y otros datos.
Por otra parte encontrás un “botón dash” que en principio funciona de manera similar al “botón de inicio” en otros sistemas. Para entrar directamente desde el teclado, presioná la tecla “super” (la que tiene el logo de… Windows) se te presenta un menú desde el que podes navegar entre tus carpetas y programas.
En resumen, este primer vistazo realmente te da a entender que mucho de la fama que dice “Linux es difícil de usar” realmente no aplica a distribuciones como la de Ubuntu o Linux Mint.
El escritorio es sencillo de recorrer y en poco tiempo vas a estar manejando todas las tareas básicas sin inconvenientes. Eso es porque esas habilidades ya las manejábamos desde antes, ¿por qué vamos a sorprendernos?
Por eso, para no aburrirnos con lo que ya sabemos, vamos a olvidarnos de lo conocido. Y vamos a empezar a hablar de lo nuevo.
Para organizarnos tenemos que centrarnos especialmente en tres cosas.
Vamos a explorar un poco por las características más interesantes del sistema, vamos a ver su software y vamos a entrar por primera vez en la terminal de Linux.
El software en Ubuntu
¿Cómo instalar programas en el sistema Ubuntu?
Aunque Ubuntu viene con una buena cantidad de programas instalados desde cero, lo más seguro es que en cualquier oportunidad vas a necesitar instalar algún software diferente.
Creo que lo más importante que necesitás saber en este momento es que no hay archivos .exe en Linux. Y esos son los archivos que comúnmente buscamos descargar e instalar cuando necesitamos un software en Windows.
Pero eso es solo un detalle, hay varias maneras de instalar una aplicación en Ubuntu.
Para resumirlo , te voy a dar el camino más rápido para resolver esto.
El sistema operativo tiene algo conocido como Ubuntu Software Center o Ubuntu Software. En otras distribuciones puede tener nombres similares, pero el objetivo es el mismo.
Por ejemplo, en Linux Mint se lo llama Software Manager.
Lo que hace Ubuntu Software es ofrecerte un catalogo de programas que podés instalar con un solo clic. Muy similar a instalar aplicaciones en el celular, cada programa tiene una descripción de lo hace, una puntuación dada por las personas que lo descargaron antes e imágenes que lo acompañan.
Simplemente elegís que instalar, el sistema te pide tu contraseña para autentificar que permitís la acción y listo. En unos minutos todo esta preparado y solo te queda usar el nuevo programa.
Como decía antes, hay otros modos de instalar programas en Ubuntu. El centro de software no siempre tiene lo último de lo último. Tenes la opción de descargar los programas directamente desde internet o instalarlo desde la terminal.
Pero esta que acabamos de revisar es la más rápida cuando recién comenzás con Linux.
Pero esta que acabamos de revisar es la más rápida cuando recién comenzás con Linux.
Ahora que hablamos de agregar programas…
¿Cómo hacemos para desinstalarlos?
Hay varias formas, pero para mantenerlo sencillo básicamente tenemos que hacer el camino inverso.
Esto es, buscamos el programa que queremos desinstalar en el manager de software, del mismo modo que antes. Cuando encontramos el software indicado, ese que ya tenemos instalado, ahora se nos presenta la opción para desinstalar.
Presionamos el botón, esperamos unos segundos y el programa deja de estar instalado en nuestro disco duro.
¿Con qué software te encontrás en Ubuntu?
Ubuntu, o GNU/Linux en general, tiene una gran cantidad de aplicaciones a tu disposición. A veces tantas que es difícil saber cuales son las mejores.
Varias veces encontré programas que a primera vista parecían muy buenos y que hacían justo lo que yo necesitaba, solo para encontrar que su desarrollo había sido abandonado hace años.
Esto no es malo en si mismo. Hay mucho desarrollo de herramientas GNU, tantas aplicaciones que algunas pasan sin pena ni gloria. Seguro entre esas mismas herramientas hay muchas joyas ocultas que esperan ser descubiertas.
Con todo hay varias piezas de software que ganaron notoriedad durante los años y supieron mantener su lugar no solo en Linux, sino que en la mayoría de los sistemas operativos.
Entre estas opciones tenemos a Blender, ideal para la creación de figuras 3d pero también muy bueno para editar video.
GIMP es un programa perfecto para la edición de fotografiás y el arte en general, Krita es una alternativa muy usada para el dibujo digital y el arte en 2d.
LibreOffice viene instalado junto a Ubuntu y en su conjunto cubre todo lo que necesitás para escribir textos, planillas de cálculos, presentaciones de imágenes y mucho más. No envidia en nada la oferta de programas que viene en Microsoft Office.
El navegador que viene dentro de la instalación de Ubuntu es Firefox, y funciona bastante bien. Aunque hay otros navegadores que se pueden conseguir, Firefox tiene todo lo que necesitas en un primer momento.
En general esta es una lista muy corta, estoy dejando muchas cosas afuera. Como para centrarnos en algo, dame la oportunidad de resumirlo en dos sentencias:
– Linux tiene una gran cantidad de Software, pero a veces es difícil encontrar exactamente cual cubre la función que necesitás. Incluso así hay alternativas gratuitas para prácticamente todo lo que conseguís en Windows.
– La versión clásica de Ubuntu (y Linux Mint) viene bien equipada para trabajos de oficina y entretenimiento directamente desde su instalación.
La terminal: entrando a la linea de comandos
Esto es clásico en películas de espionaje o de ciencia ficción. Cuando alguien se sienta frente a una computadora, aparece en la pantalla una gran cantidad de lineas de texto. Casi siempre en un tono de verde fluorescente.
Y es que no hay espía internacional que se preste para utilizar el mouse. No hay nada de glamour en eso.
Ahora hablando en serio, la computadora no siempre dependió de punteros y ventanas. O de un sistema táctil, como el teléfono inteligente, que es básicamente una actualización del ratón. Nos movemos presionando algo en la pantalla.
Todo esto que vemos o escuchamos mientras interactuamos con la computadora se conoce como GUI o graphical user interface.
Eso es una interfaz gráfica de uso, donde los iconos representan las acciones que podemos tomar. Una carpeta es el dibujo de una carpeta, y una acción que resulta en error es correspondida con un sonido que nos alerta del error.
El GUI se implementó como una forma de facilitar el aprendizaje de los sistemas operativos.
Pero originalmente, el uso de la computadora se hacia a través de una terminal de texto usando el teclado. El texto reinaba en el intercambio humano-máquina, del mismo modo que en las películas de espionaje o ciencia ficción.
En Linux tenes la opción de usar una terminal de comandos. También encontrás esa opción en otros sistemas operativos, pero en Linux por una u otra razón el uso de la terminal parece mucho más importante.
¿Por qué es esto? Seguramente hay muchas razones, pero esto influye mucho: la terminal te abre algunas opciones extra que de otra forma no están disponibles.
Por ejemplo, existen algunos programas que solamente se pueden usar mediante la terminal. Del mismo modo, hay configuraciones del sistema operativo que se realizan con mayor facilidad desde la linea de comandos.
Como una muestra de un programa que solo se utiliza desde la terminal tenemos a Photorec. Es una aplicación para recuperar archivos de discos rígidos y memorias USB. Una muy buena herramienta que solo podemos usar a través de comandos.
Pero no vayamos tan lejos. La terminal de comandos no solamente sirve para tareas complejas.
Desde la terminal podés crear archivos, navegar directorios, borrar documentos y todo tipo de tareas comunes.
Se puede Instalar y borrar programas, de todo en general.
Incluso tenes la opción de usar internet desde la terminal, si no te molesta que todo se te presente en modo de texto.
En conjunto, te encontrás con la opción de usar la computadora sin necesidad de utilizar el ratón.
La ventaja de esto ultimo se encuentra en la velocidad. Volvamos a por ejemplo, crear archivos y moverlos entre carpetas. Usando la terminal gráfica estos trabajos llevan aparejados una gran cantidad de pequeños movimientos. Aunque no los notemos, esos movimientos están ahí: abrir las carpetas, buscarlas, tocar el botón correcto, escribir los nombres… se hacen a la idea.
En la terminal todos esos pequeños trabajos se ven reemplazados por una o dos lineas de texto.
Con algo de experiencia vas a encontrarte haciendo muchas cosas directamente desde la terminal de forma instintiva.
Una vez más, momento de excusa: este libro es solamente una introducción al tema. De este modo me tomo la libertad de no ir mucho más profundamente en un tema que no conozco del todo.
De todos modos están de suerte. Vamos a ver algunos comandos básicos para empezar a usar la terminal.
¿Donde encontrar la famosa terminal? La podes abrir usando la combinación de teclado Ctrl+Alt+t o podes buscar su icono dentro del menú de aplicaciones que encontrás en la barra del escritorio.
Si el ícono no aparece, buscalo escribiendo directamente “terminal” en la barra de busquedas.
Cuando la abras, vas a ver una nueva ventana donde poder escribir. Básicamente te va a recibir con un renglón que dice:
tunombre @ nombredelacomputardora : $
Por “tunombre” se refiere al nombre de la cuenta de quien esta usando el sistema. Recordá que Linux permite que varias personas convivan en el sistema al mismo tiempo. Y por “nombredelacomputardora” se refiere al nombre con el que bautizaste el equipo al instalar Ubuntu.
Como es de esperar, podes modificar los dos nombres… pero no vamos a verlo hoy. Veamos un comando rápido. Escribí
ls
y presioná enter.
La terminal va a darte una lista, los archivos que se encuentran en el directorio donde estas trabajando. Lo más probable es que sea el listado del directorio home, tu directorio personal.
¿Qué comandos usar en cada caso?
Entonces usar comandos puede hacernos más sencillo el uso de Linux. En algún punto, casi toda la diversión de usar GNU/Linux esta en sumergirse en el mundo de la terminal.
Sin embargo queda la pregunta ¿Cómo hacemos para conocer los comandos específicos que necesitamos en cada caso?
Digamos por ejemplo que nos interesa borrar un archivo. ¿Cómo hacemos para conocer el comando especifico que necesitamos para hacerlo?
La respuesta hoy parece obvia: buscamos la respuesta a la pregunta en internet.
Sin embargo no necesitamos depender de fuerzas externas, Linux incluye en su interior la respuesta a lo que estamos buscando. Siempre que conozcamos el comando man, claro.
El comando man hace referencia a los manuales del sistema.
Si queremos conocer el manual de uso de un comando escribimos man seguido del nombre del comando que queremos aprender a usar.
Por ejemplo, si queremos ver el manual de man ponemos en la terminal:
man man
Y nos devuelve el texto del manual, algo similar a:
NOMBRE
man - interfaz de los manuales de referencia del sistema
DESCRIPCIÓN
man es el paginador de manuales del sistema. Cada argumento de página
argumento dado a man normalmente es el nombre de un programa, utilidad
o función. La página del manual asociada con cada uno de estos
argumentos es…
Las entradas de man están siempre estructuradas del mismo modo. Hay una descripción, hay ejemplos, hay opciones y otros detalles más.
Estos manuales nos dan mucho para leer, pero la mayoría de las veces simplemente alcanza con un rápido vistazo a la sección de ejemplo o la de opciones para encaminarnos correctamente en la funcionalidad de un comando.
Ahora bien, tenemos que presionar la tecla q para salir de la página del manual.
Pero volvamos a nuestra pregunta original. Digamos que queremos encontrar un comando específico.
En este caso, para completar el ejemplo, buscamos el comando para borrar un archivo.
Bueno, en ese caso usamos la opción -k que es parte del comando man. Lo que hace esta opción es buscar dentro de las descripciones cortas de los manuales las palabras claves que le damos.
Por ejemplo, en nuestro caso las palabras claves ser “borrar” y “archivo” (respectivamente delete y file, expresadas en inglés).
Lo mejor es hacer la búsqueda directamente en inglés. Aunque nuestro sistema este en español, el sistema de búsqueda parece funcionar mejor en inglés… vamos a pensarlo como una oportunidad para seguir aprendiendo otro idioma.
Escribimos entonces en la terminal:
man -k delete file
Entonces man nos devuelve una lista de posibles comandos. Si la búsqueda fue lo bastante precisa no van a ser tantas opciones. Con la práctica esta clase de búsquedas se vuelve más sencilla.
Si leemos lo que la terminal nos dio, vamos a encontrar que en la lista aparece:
rm (1) - remove files or directories
Exactamente eso es lo que estamos buscando. Y si queremos saber exactamente como usar el comando que encontramos, recurrimos otra vez a man:
man rm
Y listo, gracias a esto podemos usar la terminal con las mismas herramientas que gnu/Linux nos entrega.
Como ya me estoy extendiendo demasiado con el tema, vamos a dejarlo aquí.
Si te interesa practicar más, revisá mi “Guía mínima para empezar con la terminal de Linux” para seguir aprendiendo que cosas se pueden hacer con este asunto.
Cómo instalar un entorno de escritorio en Ubuntu
Algo interesante de Linux es que permite utilizar distintos entornos de escritorio o desktop enviroment.
Cambiar de entorno de escritorio modifica la forma en la que puedo interactuar con la interfaz del sistema. Las ventanas y los menús son diferentes. Algunos de estos entornos son más ligeros, algunos más dinámicos… hay realmente muchas opciones para elegir.
Pero antes de continuar, lo primero va a ser saber cómo conocer cual es el entorno que tengo instalado ahora mismo. Para eso escribo en la terminal el siguiente comando:
env
La terminal me va a devolver lo que parece una indescifrable cantidad de texto. Lo que busco entonces es la linea que dice XGD_CURRENT_DESKTOP. En el caso de mi instalación, ahora dice:
XGD_CURRENT_DESKTOP=ubuntu:GNOME
Eso quiere decir que el entorno de escritorio en mi máquina es GNOME.
Por ejemplo, si quiero instalar el entorno de escritorio Cinnamon en el equipo escribo el comando:
sudo apt install cinnamon
Cinnamon es el entorno de escritorio del sistema operativo Linux Mint. Tiene un aire similar a la forma de sistemas operativos anteriores a la estética de “sistema que se ve como el de una tablet”.
Y para instalar el entorno XFCE tengo el comando:
sudo apt install xubuntu-desktop
Ahora, para instalar el entorno de escritorio KDE:
sudo apt install kubuntu-desktop
Y por si alguna razón necesito de nuevo GNOME tengo que instalar:
sudo apt install ubuntu-desktop
Muchas alternativas para investigar. Para mantener esta sección relativamente corta, no voy a revisar realmente cada opción. Eso queda para otra oportunidad.
Lo importante es saber que puedo instalar varios entornos de escritorio al mismo tiempo. Al reiniciar el equipo, el sistema va a preguntarme cual de ellos voy a utilizar. Esto ocurre cuando nos pide que ingresemos nuestra cuenta y contraseña, un pequeño botón en la esquina superior derecha (usualmente con la forma de una herramienta/llave de tuercas) me permite elegir entre las distintas versiones agregadas.
Si al final me decido por una opción específica, puedo desinstalar las que no utilizo para mantener todo ordenado.
Puedo desinstalar Cinnamon por medio del comando
sudo apt remove cinnamon
Para desinstalar el entorno KDE:
sudo apt remove kubuntu-desktop
Para remover el entorno XFCE utilizo el comando:
sudo apt remove xubuntu-desktop
Y para desinstalar el entorno GNOME:
sudo apt remove ubuntu-desktop
Alternativamente puedo usar en cualquiera de los casos la opción purge en lugar de remove si quiero eliminar incluso los archivos de configuración que pueden quedar dando vueltas.
Si finalmente desinstalo todas las interfaces de escritorio, finalmente el sistema me recibe con una terminal de comandos. Luego tengo que instalar un entorno nuevo, si quiero volver a tener escritorio.
Puedo probar por ejemplo una versión mínima de GNOME:
sudo apt install gnome-session gdm3
Para cerrar este tema, creo que lo mejor es revisarlo cuando ya tengo alguna idea básica sobre el uso de la terminal. Otra cosa importante creo es no detenerse demasiado en la elección del escritorio, a menos que exista algún problema con el que ya tenemos. Por ejemplo, tal vez quiero probar un escritorio que promete ser más rápido.
El problema de instalar y probar muchas distintas versiones es que al final es muy difícil acostumbrarse a una sola. Revisadas en sucesión rápida es difícil conocer cual es la que más me conviene.
Bash: programar en Linux
Como vimos antes, en la terminal ingresamos comandos. O eso creíamos. En realidad lo que estamos haciendo es escribir comandos en una “shell” en la terminal.
¿Qué es una shell?
La shell es un programa que interactúa llevando y trayendo mensajes entre nosotros y el sistema operativo. Dicho tal vez de un modo más apropiado, la shell es un programa que corre comandos.
Dentro de la terminal es donde ponemos los comandos, por medio de la shell.
Pero no podemos olvidarlo, también podemos programar en la terminal gracias al entorno que proporciona la shell.
El lenguaje de programación que se utiliza en la terminal de Linux se llama bash. Por otra parte, bash es una shell.
¿Por que todo esto es importante?
Todo esto es importante porque para escribir comandos usamos siempre una shell en la terminal, pero no siempre usamos bash.
Ya estoy mareado.
¿Qué es bash?
Revisemos un poco esto. Realmente la terminal es bash. Hay muchas versiones de la linea de comandos en Linux, pero generalmente la que viene instalada es bash.
Estas lineas de comandos vienen de una terminal original. Esa fue desarrollada para las primeras versiones del sistema Unix.
La linea de comandos original se llama Bourne shell. Shell como en “concha”, porque la concha es el caparazón que recubre el núcleo. Como el caparazón que recubre a la nuez.
En esta analogía, el núcleo es… el kernel, no podía ser de otra forma. La shell es la parte superior, con la que nosotros nos comunicamos.
Por las dudas, esto que estoy mencionando es algo así como sabiduría popular. Tal vez hay otras explicaciones sobre el porque de la elección de la palabra shell.
Como sea, bash es una versión mejorada de la Bourne Shell Original. Bash significa Bourne again Shell. Algo así como “Otra Bourne Shell”. Esto en ingles hace un juego de palabras fonético con “Born again shell” que significa algo así como “una shell renacida” o “una concha renacida”.
En resumen, cuando leas sobre la terminal en Linux, se están refiriendo a la shell. Y con esto casi siempre se refieren a bash.
Puede ser que no siempre uses bash en la terminal, pero si es la que estas usando ahora porque viene por defecto en Ubuntu y alternativamente en Linux Mint.
Si te interesa saber con seguridad que shell estás usando, escribí el comando:
ps -p $$
Y te va a devolver la respuesta. En mi caso dice: CMD bash. Así que si,estoy usando bash.
No es raro ver entonces como las palabras “bash”, “terminal” y “shell” aparecen como términos intercambiables. Es un poco como el caso de GNU/Linux. No son lo mismo… pero la costumbre hace que se usen como sinónimos, para no hacer tan repetitivos los párrafos.
En esta guía no vamos a detenernos en esto de programar en la terminal, o no tendría ninguna excusa para comenzar a escribir una “guía total para empezar con Bash”.
Nos alcanza ahora con saber que usando bash podemos escribir un script, un “guion de comandos”, que la terminal puede seguir y ejecutar. Crear un script nos ahorra tiempo, y nos ayuda para automatizar tareas repetitivas.
Como un ejemplo, desde la terminal podemos crear archivos, moverlos entre directorios y luego podemos actualizar una lista con los contenidos de una carpeta. Todas estas acciones llevan comandos individuales.
Tenemos la opción de escribir todos esos comandos por separado o podemos hacer en bash un script como el que estamos imaginando, para automatizar el trabajo. Al ejecutarse, este script va a crear un documento, lo va a mover al directorio que especifiquemos y luego va a actualizar una lista con los contendidos de una carpeta.
Este script sostiene en su interior todos estos comandos, escritos de manera ordenada para que vayan cumpliéndose uno seguido del otro.
No solo esto. Podemos hacer que el script se ejecute de manera automática cada cierta cantidad de tiempo, con una aplicación llamada cron.
Es fácil ver todas las posibilidades prácticas del asunto. Por otra parte no es nada raro, estoy escribiendo esto en 2020 y la programación/automatización de tareas es algo de lo más común.
Lo que sucede es que por lo general dependemos de software de terceros para ocuparnos de nuestros propios trabajos.
Ejemplo: es sencillo descargar una aplicación que se encargue de recordarnos cosas. Pero también podemos aprender bash, y crear una sencilla aplicación que haga lo mismo con nuestras propias manos. O tal vez debería decir, con nuestros propios cerebros.
En resumen, si tu intención es profundizar tus conocimientos en Linux, aprender bash es muy necesario. Es un paso extra en el manejo de la linea de comandos. Puede ayudarte en tu vida diaria y laboral.
Pero incluso si no vas a usarlo demasiado, conocer bash es un buen hobby en si mismo.
Si te interesa seguir profundizando en el tema de la programación en Bash, te recomiendo empezar a leer mi (primera) serie de apuntes donde aprendo del tema: Guía mínima para empezar a programar en bash.
Conclusión:
Con esto le traigo cierre a esta “Guía total para empezar con Ubuntu Linux”.
Por lo demás no se trata de un cierre definitivo, porque de vez en cuando la actualizo para que no pierda vigencia con el tiempo.
En general en la web hay muchas guías de este estilo, como no es difícil imaginar. También hay muchos videos, libros, podcast, etc. que trabajan el mismo tema. La información es siempre más o menos la misma, y cada presentación es única.
Hice todo lo posible para que esta guía se ajuste a la idea de “apuntes impensados” de este sitio, donde buscamos aprender temas nuevos que nos ayuden en nuestra vida diaria.
Hay dos formas en las que podemos mantenernos en contacto.
Una de esas formas, dejando un comentario dentro de esta misma página. Cualquier comentario, no importa cuan crítico, me sirve para saber que alguien esta leyendo todo esto. Eso me da nuevas razones para seguir escribiendo.
El segundo método para mantener el contacto: el formulario en la parte de arriba de la página. Eso me envía un correo electrónico directamente a mi casilla, por lo que si hay algo de información extra que te gustaría pasarme, ese es el mejor lugar.
Entonces sin más… hasta el próximo apunte.
Fernando Ram
Muy buena guía, gracias!
Gustavo
Fernando, me alegra mucho que la guía te guste. Y muchas gracias por tu comentario.
Aarón
Muchas gracias! Realmente llevaba tiempo queriendo comenzar con Linux pero no me animaba por miedo a no tener ningún soporte o guía para saber por donde comenzar. Por favor, sigue así! <33
Gustavo
Aarón, muchas gracias a vos por tu comentario. Yo empecé a usar Ubuntu Linux, después me puse a usar Linux Mint. La instalación de ambos es muy similar y realmente aprendí muchísimo utilizándolos.